EL SALÓN
El salón fue construido por Fernando Campos, arquitecto con conocimientos de baile y que junto con Héctor Palma, quien fue durante muchos años jefe de escenografía del Teatro de los Insurgentes diseñaron un espacio sin columnas que obstruyeran ni la visión, ni el movimiento y se creó especialmente un piso con rebote para no lastimarse ni las articulaciones ni la columna; lo que repercute en que desde cualquier lugar se tiene una completa visibilidad de pies a cabeza. Adicionalmente todas las paredes están cubiertas con espejos de piso a techo y en diagonal, aspecto que otorga tanto al alumno como al maestro un grado de visión de 360°, desde cualquier punto del recinto.
Entre las características del aula hay que considerar que se tiene tanto iluminación natural como artificial adecuada para enseñar. A esto suman los muros y los vidrios a prueba de ruido, lo que concede a quien acompaña al alumno observar la clase sin ser un distractor. En cuanto a la música se cuenta con un aparato que regula la velocidad de la misma y que facilita la enseñanza ya que aporta al alumno la posibilidad de adquirir destreza en el movimiento y la rapidez de una forma progresiva. El salón cuenta con equipo de acondicionamiento físico.